ISEC (UCO), FACPE, COAG Andalucía y Justicia Alimentaria
En los escenarios alternativos a los sistemas alimentarios convencionales, existe una figura particular encargada de garantizar, de manera colectiva y participativa, que lo que se intercambia en estos circuitos comerciales procede de productoras que trabajan con una mirada agroecológica y de visibilizar las implicaciones positivas que tiene que se haga de esta manera, tanto para sus propias fincas como para los territorios y todo lo que habita en ellos. Son los llamados Sistemas Participativos de Garantía (SPG).
Los SPG son bien antiguos, eran los mecanismos que existían antes de que el reglamento de la producción ecológica impusiese la certificación por tercera parte (los sellos oficiales) como único sistema de garantía válido. De esta manera, los SPG que han ido emergiendo representan un movimiento social que reivindica y pone sobre la mesa que la cuestión de la confianza en los sistemas alimentarios puede democratizarse de manera radical y es, a la vez, una oportunidad de pervivencia para las pequeñas producciones y los mercados locales que ven que la organización y la diferenciación como producciones agroecológicas locales son una posibilidad para la sostenibilidad económica a largo plazo.
La discusión, la toma de decisiones y la consecución de logros colectivos son parte fundamental de la vida de los SPG.
La participación en espacios asamblearios, la discusión, la toma de decisiones y la consecución de pequeños y grandes logros colectivos (como la activación de un ecomercado, la sensibilización social en torno al cuidado de la tierra y las personas, la organización y el disfrute de las visitas a proyectos productivos…) son parte fundamental de la vida de los SPG. Esta colectivización de las preocupaciones, los sueños y los proyectos respecto a la transformación radical del sistema agroalimentario es la base de estas propuestas, en las que las personas implicadas construyen piezas del cambio ecosocial que necesitamos.
En nuestro país, los SPG empezaron a fraguarse en Andalucía en 2004. Fueron unas primeras semillas que sirvieron de inspiración para otras iniciativas que empezaron a ponerse en marcha a partir del año 2010. Este tímido movimiento de los SPG fue cogiendo fuerza y se organizó un primer encuentro en 2015, de la mano del SPG Ecollaures, del País Valencià. Desde entonces, lo que se denominó Red Ibérica de SPG celebra encuentros cada año o año y medio en distintos territorios de la península Ibérica, con el fin de fortalecer los procesos territoriales y la articulación y el apoyo mutuo.
Este proceso de articulación de los SPG ha generado un trabajo conjunto en torno a temáticas y cuestiones importantes, como qué criterios establecer para evaluar si las fincas son agroecológicas, qué mecanismos son clave para entender que una iniciativa es un SPG, qué estrategias de apoyo mutuo podemos generar para fortalecer el movimiento como red, qué significa trabajar con precios justos y cómo se puede comunicar todo esto para reforzar el movimiento, hacia dentro y hacia fuera.
Iniciativas de CCC involucradas en el proceso andaluz facilitado por el proyecto GO-SPG
El caso andaluz
En este contexto, el Instituto de Sociología y Estudios Campesinos (ISEC) en la Universidad de Córdoba y la Federación Andaluza de Consumidores y productores ecológicos (FACPE), junto con el sindicato agrario COAG Andalucía y la oenegé Justicia Alimentaria, impulsamos en el año 2018 un Grupo Operativo para fortalecer el movimiento andaluz de los SPG. Este grupo se reforzó en 2023 con mayor financiación y empezó a impulsar un doble proceso: por un lado, de fortalecimiento de los SPG ya existentes que se articulaban en torno a la FACPE y, por otro lado, de apoyo a iniciativas enmarcadas en lo que conocemos como circuitos cortos de comercialización (CCC), como ecomercados, tiendas cooperativas, grupos de consumo o redes agroecológicas que querían iniciar procesos de SPG. En total, hemos trabajado junto con 14 iniciativas de CCC, ubicadas principalmente en dos ejes territoriales: Granada y Almería, por un lado, y Sevilla y Cádiz, por otro.
Estas iniciativas, lógicamente, se encuentran en situaciones diferentes. Hay algunas que ya cuentan con un SPG en funcionamiento y con amplia trayectoria como La Ortiga, El Encinar, La Borraja, la Red Agroecológica de Granada y la Asociación Cultural y Gastronómica Como de Graná; otras que en algún momento tuvieron un SPG, pero dejó de funcionar, como La Red Agroecológica de Cádiz y la Regüerta; y, por último, grupos interesados en los SPG pero sin trayectoria previa, como la Red Agroecológica de Almería, el Ecomercado de la Alameda y el Ecomercado de la Ilustración.
De esta forma, iniciativas como la Cooperativa La Ortiga o la Asociación El Encinar, que dinamizan un SPG bastante consolidado desde hace décadas, han potenciado las visitas anuales a sus productoras, con bastante participación de personas socias y consumidoras, así como el trabajo de comunicación para darse a conocer.
La Asociación La Borraja, con un SPG de los históricos, ha aprovechado este proceso para reactivarlo y retomar la rutina de visitas y reuniones de la comisión SPG.
Por otro lado, la Red Agroecológica de Cádiz (RAC) y la Red Agroecológica de Almería (RAA) han puesto en marcha SPG asociados a sus ecomercados. La RAC ya partía de un SPG diseñado, pero aún no implementado. Este impulso les ha ayudado a ponerlo en marcha a través de la organización de unas primeras visitas y el testeo y la revisión de los documentos (guía de visita de campo, guía de criterios, entre otros). Asimismo, ha apoyado la organización de charlas y talleres para difundir su iniciativa e involucrar a nuevas productoras y consumidoras. La RAA, por su parte, que partía de una iniciativa de un grupo de personas, ha iniciado un proceso de construcción de su reglamento interno y de su guía de criterios, conformando un incipiente SPG.
Iniciativas como la Red Agroecológica de Granada han recibido apoyo para reforzar su rol como paraguas de las distintas experiencias que la conforman y que tienen un SPG propio, y visibilizar lo que suponen los SPG en los ecomercados que organizan.
Con la idea de generar un proceso de articulación en el ámbito andaluz, hemos diseñado espacios en los que han participado todas las iniciativas: encuentros para definir y hacer seguimiento de sus planes de acción, en los que han ido surgiendo sinergias entre las experiencias (entre la RAC y la RAA, por ejemplo; o entre las iniciativas ubicadas en Sevilla); o también espacios de formación y de intercambio con SPG de amplio recorrido, en los que hemos contado con el SPG Ecollaures (País Valencià), el SPG Nature et Progrès (Francia); la Rede Ecovida (Sur de Brasil) y el SPG Vecinos Campesinos (Región de Murcia).
Inspiración y contagio
Las compañeras de la Red Agroecológica de Cádiz sostienen que el SPG supone un contagio de ideas y ganas de crear proyectos agroecológicos entre las integrantes del colectivo. De cada reunión salen nuevas colaboraciones entre participantes y sinergias entre proyectos que existen y que están por existir. Estos espacios donde abunda el apoyo mutuo y una cuestión tan sencilla (aunque escasa) como es la confianza son fuente de creatividad e inspiración y no es casualidad que las personas que se acercan como consumidoras, al relacionarse con productoras, se atrevan a crear valiosos proyectos productivos sobre las bases de la agroecología.
Aprendizajes y debates
Los elementos clave que hemos trabajado han sido la definición del concepto de agroecología y qué queremos garantizar y visibilizar a través de los SPG. Hay un amplio consenso en que nuestros criterios son de tipo multidimensional (técnico-productivos, socioeconómicos, políticos y culturales) y que abarcan no solo las fincas, sino el territorio y los canales de comercialización. Se ha hecho un trabajo muy interesante para identificar hacia dónde queremos encaminar la práctica agroecológica y cuáles son las líneas rojas que no debemos permitir en los SPG. Por ejemplo, ha habido un amplio consenso en establecer una línea roja frente a actitudes violentas y no tolerar que formen parte del SPG personas que las tengan incorporadas: violencia machista, racista o abusos laborales a personas vulnerables.
Sin embargo, ha habido debates que no siempre tienen un fácil consenso, por ejemplo, en torno al manejo del suelo. Hay visiones que defienden la no intervención, cercanas a la permacultura, y visiones asociadas a manejos tradicionales de labranza. En cualquier caso, además de reconocer la complejidad y la diversidad que hay dentro de la agroecología, destacamos la importancia de contar con espacios de diálogo e intercambio entre productoras y en los que las consumidoras puedan aprender sobre esta complejidad y la diversidad.
Uno de los momentos importantes de la articulación fue el VIII Encuentro de la Red Ibérica de SPG, que tuvo lugar del 6 al 8 de junio en Archidona (Málaga). La idea era compartir y evaluar los avances y los logros de esta andadura, establecer mecanismos de reconocimiento y apoyo mutuo entre SPG de distintos territorios y facilitar un espacio que fortalezca la articulación en el ámbito peninsular. Trabajamos colectivamente temas como los criterios compartidos en torno a la agroecología y lo que queremos apoyar con los SPG, los mecanismos para establecer precios justos, los instrumentos y estrategias de comunicación para dar a conocer los SPG y los procedimientos clave para reconocernos como tales dentro de la red.

Visita a la finca El Laurel de Cantillo (La Puebla del Río, Sevilla) como parte del proceso de garantía participativa de la Cooperativa La Ortiga (Sevilla). Foto: Purificación Murillo Vasco

Visita a la finca Arbonaida (Chipiona, Cádiz) como parte del proceso de garantía participativa de la Asociación La Borraja (Sanlúcar de Barrameda, Cádiz). Foto: Purificación Murillo Vasco
Retos
Como en otros procesos del movimiento agroecológico, el mantenimiento de los SPG pasa por la participación social, que suele ser un bien escaso en nuestra sociedad actual. El reto que nos planteamos, entonces, es conseguir diseños en los SPG que sean acordes a las posibilidades y los tiempos de las personas integrantes, dedicar energía a soluciones imaginativas y tener una mirada dinámica de la participación y de estos procesos, que siempre son cambiantes. Por otro lado, al tratarse de mecanismos muy demandantes de tiempo (para la organización, para las visitas…), pueden generar sin querer mecanismos de exclusión de personas que no disponen de él (personas cuidadoras, personas en situaciones de precariedad, entre otras). Creemos que no es casualidad que se trate de sistemas en los que, por la parte de la producción, hay una alta masculinización y, por la parte consumidora, una alta tasa de personas con perfil universitario, con más tiempo libre para la participación social.
El reto es conseguir diseños acordes a las posibilidades y los tiempos de las personas integrantes.
Por último, el contexto no es amable ni va en la línea de lo que estamos construyendo desde los SPG (y desde la agroecología, en general). Nos encontramos en una realidad con un futuro incierto, que sigue remando hacia la industrialización y la intensificación de los sistemas agroalimentarios, lo que genera cierta desesperanza a todas las partes que conforman estos sistemas participativos. Ecomercados, tiendas ecológicas asociativas, grupos de consumo… se ven teniendo que competir en precios con grandes superficies o, en el mejor de los casos, haciendo una labor concienzuda de sensibilización y educación a las personas consumidoras, lo que supone una dedicación en tiempo y energía que complica centrarse en construir estos espacios de intercambio y apoyo mutuo y socava la creatividad en las formas de organización y construcción de horizontes diferentes.
Con todo, el proyecto ha generado procesos y productos que creemos que son de gran interés, tanto para los SPG como para las iniciativas de canales cortos que quieran ponerlos en marcha, así como, en general, para las iniciativas agroecológicas que pretenden construir comunidad alrededor de la alimentación. Estamos recopilando todo este trabajo en la web del proyecto, que os invitamos a curiosear: https://go-spg.org/
ISEC (UCO), FACPE, COAG Andalucía y Justicia Alimentaria, entidades miembros del Grupo Operativo Andaluz GO-SPG
Nota: Artículo subvencionado mediante el Fondo Europeo Agrícola de Desarrollo Rural (FEADER), gestionado por la Junta de Andalucía a través de la Consejería de Agricultura, Ganadería, Pesca y Desarrollo Sostenible.